El lugar donde el tiempo se equivoca.

   Laura Cárdenas | Niebla| 256 págs | 15.00€ | Español | Comprar aquí

Vera Torres es una cronista de viajes que pasa grandes temporadas fuera de casa. A la vuelta de su último viaje el desconcierto la espera tras la puerta de su hogar. Aliada de un miedo que hasta ahora desconocía y acompañada por las contradicciones que lleva implícita la soledad, decide volver a poner tierra de por medio y escudarse en su mejor aliado, el trabajo. Sin ganas, desolada y con la convicción de haber perdido la capacidad de contar algo más allá de su dolor, llega a un recóndito pueblo de Andalucía con el único objetivo de hacer llegar a sus lectores la nada típica historia del lugar. Lo que inicialmente era sufrimiento se convierte en una nueva forma de viajar, unos nuevos ojos dónde verse reflejada, una nueva forma de conocer a gente y una nueva versión de sí misma que incluso la hacen dudar de quién es en realidad. El lugar donde el tiempo se equivoca es una historia de principios, de encuentros, de reconocerse, de despedidas y por supuesto, de amor.

Conocí a  Laura Cárdenas hace poco menos de un año, durante el Evento de Romántica en Pilas. De ahí, me llevé su libro Superman tiene los abdominales de espuma, cuya reseña podéis ver aquí. Laura es una de esas autoras que, cuando llevas mucho tiempo sin leer, terminas echándolas de menos, y es por eso por lo que estaba muy emocionada con su tercera publicación. Estaba contando los días porque llegase a mis manos y cada día le recordaba que quería un ejemplar para mí, porque necesitaba leerla después de tanto tiempo.

'He aprendido que el dolor es tan relativo como lo son las relaciones'.

Voy a empezar comentando la trama de la novela, contada esta vez desde el pueblo andaluz de Riotinto. Como la última vez que la leí, ha sido una historia sencilla, pero cercana, como la vida misma, como lo que queremos escuchar y leer. Estamos acostumbrados a que los giros argumentativos gobiernen en todas las páginas, pero es de admirar que esta autora con su naturalidad consiga engancharte de principio a fin. Aunque pueda parecerlo, la monotonía no forma parte de la novela y no te parece aburrida en ningún momento. No solamente el amor tiene un papel fundamental, la amistad, la fraternidad y la superación personal son principales a lo largo de todo lo que Laura ha transmitido en su libro, que, además lo hace de manera espectacular, con pelos y señales y sin parecer pesado en ningún momento. Como siempre, se ha decantado por escribir en tercera persona, algo a lo que no estoy acostumbrada y que puedo afirmar que no me gusta, pero viniendo de ella no me importa leerlo, ya que siempre termina embaucándome con su pluma.

Prosigo la reseña hablando de los personajes que he decir que me han gustado todos. He reído con ellos, he enfadado y he llegado a soltar alguna lagrimilla al final de la novela, que admito haber leído dos veces. Confieso que, en un principio, ha habido una serie de decisiones que me han costado entender, pero a medida que vas avanzando en la trama, vas dándote cuenta de que realmente son decisiones espontáneas que cualquiera puede llegar a tomar en momentos así. Los protagonistas son completamente redondos y pueden llegar a conocerse, llegando al punto de saber cómo se tomarán algunas cosas y qué reacción van a tener.  No ha habido ningún personaje mal construido, ningún personaje que te quedes con ganas de conocer más profundamente, puesto que aunque sean secundarios, Laura aporta la información suficiente para entenderlos y conocerlos.

En lo referente a la estructura de la novela, es algo con lo que tenido sentimientos encontrados. El final no se hace precipitado y el principio tampoco es brusco, por lo que, en lo que eso respecta, la autora lo ha hecho genial. Sin embargo, los capítulos se me han hecho largos en algunas ocasiones, aunque no pesados. La novela cuenta con 256 páginas y tan solo doce capítulos, por lo que cada división está compuesta por aproximadamente veinte páginas. Al principio y así a prori, cuando lo vi, me pareció una barbaridad, pero poco a poco vas leyendo y no te das cuenta de las páginas que quedan. En cuanto a la portada y maquetación, que también me gusta hablar de ellos, digo que son geniales. La portada es preciosa y define con total precisión lo que Laura ha querido reflejar, por lo que desde aquí le doy la enhorabuena a la fotógrafa por tan bella imagen. 

'—¿Y si te equivocas de elección? —Pues elijo equivocarme contigo'.

La pluma de la autora es algo maravilloso, poco me queda por decir de ella. He notado una evolución brutal desde su última novela hasta ahora. Utiliza un lenguaje coloquial, pero cuidado, construyendo unas frases preciosas dignas casi de enmarcar. Todo lo describe con total maestría y serenidad, escribiendo una novela totalmente diferente a lo que suelo leer. En el caso de las relaciones sexuales, aquellas que tanto me gustan, las relata, como ya sabía, rozando la perfección. Sabemos que hay sexo por el contexto, por la forma en que la temperatura sube entre los protagonistas, pero no están metidas con calzador para rellenar páginas sin sentido, ni tampoco están escritas de manera explícita dando lugar al aburrimiento. Todo está relatado de manera casi mágica, por lo que, aunque creo que no cabe ninguna duda, voy a seguir todos los pasos que de la autora. Solamente me queda su primer bebé literario por leer, pero estoy segura de que lo haré tan pronto como pueda, puesto que sé que siempre es un acierto, llegado a sacar tiempo de donde no lo hay para poder leerla.

En conclusión, ha sido un libro lleno de emoción, de personajes entrañables de los que no te quieres despedir, de amor, de amistad y fraternidad. De sentimientos encontrados, de decisiones espontáneas y de daños ocultos que no te puedes perder. Una autora onubense que debería ser conocida en todo el mundo, que debería ser leída por todos y que, por supuesto, se merece todo lo bueno que le pase. Felicidades por este libro, por tu evolución y por todo lo que llega.