Anabel García | Autopublicado | 453 págs | 16.80€ | Autoconclusivo | Español | Comprar aquí
Tres amigas casi cuarentañeras que hace siglos que no salen porque se supone que tienen sus sensatas vidas encauzadas. Demasiado vino. Una noche de parranda de esas que dices «que voy, que vengo y por el camino yo me entretengo». Una subasta solidaria que una de ellas —la que se peina con la aspiradora y se envasa al vacío en lugar de vestirse— confunde con El precio justo. Una papeleta que en un arrebato de tontería meten a lo loco y… ¡¡¡Boom!!! Un castillo en su poder. ¿Alguien se ha parado a pensar cómo diablos van a pagar, en menos de tres meses, una cajera de supermercado depresiva por su reciente divorcio, una teleoperadora —que, además, es madre soltera— y una localcoño en paro —que a veces respira— la ingente suma de dinero que cuesta el dichoso castillito? A la cárcel que van, ya verás. ¿Y si a todo esto le añadimos que el abogado que lleva el caso es una mezcla de ensueño entre muñequito de tarta y espartano salvaje? ¡¡¡Stop!!! ¡Deja de soñar! Mucho cuidado con los sueños, que los carga el diablo, y este lo mismo da besos que patadas voladoras. En definitiva, que los protagonistas, en vez de enamorarse, se llevan como gato y ovillo. Todo muy romántico. Si sientes curiosidad por saber cómo terminarán las reinas del brilli brilli medieval, no te pierdas esta desternillante novela romántica contemporánea en la que encontrarás desde pasadizos secretos, pasando por mucho fantasma, hasta tacones y mazmorras.
Ya conocía
Anabel García de haber leído una de sus novelas, concretamente,
La mirada de Cleopatra, cuya reseña podéis leer
aquí. Me gustó tantísimo su pluma y su manera de presentar la trama, que no dudé en hacerme con su último libro:
Tacones y mazmorras. Prometía ser una comedia entretenida para este verano y era lo que más necesitaba después del parón que he hecho en el blog y mis lecturas.
'Me abalanzo sobre él, locamente enamorada, sin filtros ni máscaras, para terminarla noche amándonos. Creo que es la primera vez que hacemos el amor; en realidad, creo que nunca lo había hecho antes'.

Voy a empezar comentando la
trama de la novela, pues me ha gustado mucho. La narración está hecha en
primera persona, desde el punto de vista de Gema, nuestra protagonista. No contamos con la narración de ningún otro personaje,
pero tampoco lo eché en falta mientras leía. Viajaremos hasta el norte de España, concretamente hasta el
País Vasco, pero no tendremos excesivos datos de ambientación ya que gran parte de la historia
se centra en este castillo tan peculiar que Vero consigue tras confundir una subasta con un precio justo. Hay
muchísimos giros argumentales;
algunos te dejan con la boca abierta mientras que otros ya te lo esperas o los ves venir. Sin embargo, aunque seas capaz de ver qué puede pasar con estas tres amigas,
sigue sorprendiendo cuando te lo encuentras y ves que la autora tiene la misma mente perversa que tú. Por último, pero no menos importante, quiero destacar la
originalidad de toda la historia.
Jamás me había visto con algo parecido, ni en libro ni en cine,
por lo que me lo he pasado en grande con toda la historia, llena de momentos divertidos y buenas ocurrencias.
Prosigo la reseña hablando de los personajes ya que me han gustado mucho. Disfrutaremos con Gema, Rachel, Vero, Unai y algunos otros más que conoceremos a lo largo de la historia. Son todos completamente redondos, sobre todo el grupo de las tres amigas. Cada una tiene una personalidad diferente, y es por eso por lo que puedes llegar a prever y conocer las acciones y decisiones que van a a tomar. Los personajes secundarios son bastantes y es cierto que tienes que estar pendiente y al tanto para seguir la línea y el hilo de cada uno de ellos para entender su interrelación.

En lo referente a la estructura de la novela, tenemos cuarenta y siete capítulos, más prólogo y epílogo a lo largo de sus 453 páginas. Cada división cuenta con unas nueve páginas que se hacen bastante cortas y amenas. Es bastante fácil poder leer tan solo un capítulo y ponerte con otra cosa, aunque teniendo en cuenta la miel que Anabel te deja en los labios, es imposible leer solo uno. El final no se hace nada precipitado y llega en el momento que tiene que llegar; no es que la autora haya engrosado páginas ni se haga pesado. Las páginas son blancas, con un interlineado considerable que hace más rápida la lectura y, ni que decir tiene la portada tan preciosa que tiene.
'Nos abrazamos y nos besamos como si no existiese nadie a nuestro alrededor, y es que en realidad no existen, solo estamos él y yo, el mismo corazón latiendo e cuerpos distintos, por siempre'.

Ya conocía
la
pluma de la autora, y
tengo un buen recuerdo de ella. Hace uso de un lenguaje bastante
ameno, coloquial y familiar, un estilo sencillo sin grandes pretensiones.
Parece que, en lugar de leer, Anabel te lo está contando
de su propia voz. Este punto puede ser algo muy favorable o muy negativo,
pero esta autora sabe sacar el lado positivo de este factor y por eso puede leerse en un santiamén. Hay alguna que otra escena sexual,
pero está relatada con sumo cuidado y la verdad es que no se hacen nada incómodas,
como me suele pasar con muchos otros libros. El nivel de diálogo ha sido mayor que el de narración,
o al menos eso es lo que he percibido mientras leía. No lo relato como algo negativo; en muchas ocasiones,
puede resultar que falta descripción, pero este no es el caso
ni mucho menos. Por último, transmite muy bien esa vena cómica que quiere divulgar.
Si hay algo difícil en los libros es hacer reír y ella lo consigue de tan solo un plumazo, y nunca mejor dicho.
En conclusión, es un libro cómico lleno de acción, romance y un poco de intriga que te engancha desde la primera página. Una novela perfecta para el verano, especial para divertirte en la piscina o en la playa con la compañía de una pluma increíble que relata las aventuras de Gema, Rachel y Vero.