Ya había atravesado cuatro estados: California, Nevada, Utah y Colorado.
Estaba agotada, pero no podía detenerme.
Ni el sueño, ni el cansancio, ni el hambre o la sed interferían en mi determinación. Si paraba, me pondría a pensar en lo desgraciada que me sentía, en lo patética que se había convertido mi vida en los últimos meses. Y no quería eso. Al fin y al cabo, era Navidad.
Después de un amargo divorcio, Kim se ha cerrado al amor. Por eso, cuando se detiene en una destartalada cafetería a orillas de la interestatal ochenta y conoce al optimista y sonriente John, su mundo se pone patas arriba y ya nada vuelve a ser lo mismo.
Dos anillos.
Una boda.
Y unos cuantos sueños por cumplir.
Esta es la historia de un amor que quizá siempre estuvo destinado a ser.
O quizá nunca debió existir.

Conocí a Selva Palacios cuando se puso en contacto conmigo para realizar una portada. Trabajar con ella es un verdadero placer y, haber puesto cara a sus novelas solo me animaba a probar con alguna de ellas. Me decanté por la última que, actualmente, tiene publicada y creo que he acertado de lleno.
'Hay que vivir una historia de amor imperfecta para saber cómo la enfrentarías en realidad'.
Prosigo la reseña hablando de los personajes puesto que todos ellos son completamente redondos. Podría decir que es mucho más fácil conocerlos psicológica que físicamente y es un punto muy a favor porque eso significa que la autora ha hecho un trabajo muy bueno con la creación de los mismos. Si tengo que poner un pero, es que no he logrado conectar del todo con el personaje principal masculino; pero no lo destaco como algo negativo, pues al igual que no conectamos con algunas personas, puede pasar lo mismo con los personajes de los libros.
En lo referente a la estructura de la novela, contamos con veintisiete capítulos a lo largo de sus 319 páginas, por lo que cada división cuenta con, aproximadamente unas once páginas. No son excesivamente largas y el ritmo de lectura se hace bastante rápido y ameno en todo momento. El principio no es nada precipitado y el final llega en su justa medida sin sentir que se ha alargado la trama de manera innecesaria.
'Toqué las puertas del cielo para descender al infierno un segundo después'.
En conclusión, «Quizá siempre, quizá nunca», ha sido una primera toma de contacto con la autora muy buena. Una historia de amor ambientada en Estados Unidos con un denominador común: un anillo de compromiso. Emotiva, real y con mucho sentimiento, una novela que viene para llegar al corazón del lector.