Hace bastante tiempo desde que vi la portada del primer libro de Carmen Mola. Recuerdo que me llamó especialmente la atención. Tenemos que admitir que no es la típica portada siniestra y oscura que tienen los thrillers. Eso me dijo que estos libros eran especiales, que no iban a ser los que vamos encontrando por ahí sobre asesinatos u homicidios que parecen ser iguales.
Hace apenas unos días, me hice con la primera entrega, «La novia gitana», y tan solo dos días más tardes fui a comprar «La Red Púrpura» y «La Nena». Sabía con seguridad que iban a gustarme ambos libros y decidí comprarlos de seguido sin esperar a leer la segunda parte.
Hoy os traigo una entrada un tanto especial y es que, es la primera vez que me leo una trilogía, saga o bilogía tan de seguido. Teniendo en cuenta que tiene más aspectos en común que diferencias, he decidido acoplarlo todo en una sola publicación. Hablaremos del hilo conductor que sigue estas novelas y, además, de todos los aspectos que la hacen distinguirse de las otras. Antes de comenzar, quiero decir que me hice con unas ediciones con una sobrecubierta preciosa y que no he logrado encontrar en internet, pero están en mi Instagram. Ahora sí, vamos a ello:
'¿Y su mañana (y subrayo el si) de repente te perdiera? Habría perdido el mundo entero, no solo a ti'.
Voy a empezar comentando la trama de la trilogía Elena Blanco. Como su propio nombre indica, todo gira en torno de nuestra protagonista, Elena Blanco, una inspectora de policía que esconde más que enseña; con más sombras que luces y cuya historia y pasado te dejará en vilo casi al mismo nivel que la trama y el caso a investigar. Sin embargo, el narrador será uno omnisciente que relatará todo en tercera persona. Es algo que siempre recalco como algo no positivo dentro de las novelas, pero en esta no me ha molestado. De hecho, estaba tan sumergida en la historia, que no me he dado cuenta de que estábamos ante una narración así. Nos moveremos principalmente por Madrid, donde se encuentra la Brigada de Análisis de Casos donde trabajan Elena y sus compañeros, pero también nos trasladaremos a varios puntos de España. Carmen nos hará saber, con grandes dosis de documentación y sin que sea pesado, donde nos encontramos con total exactitud. Toda la historia está dotada de grandes giros argumentales que te dejarán con la boca abierta y que, como es normal, no te esperas. Son ese tipo de giros que, aunque crees que puede pasar, no te lo esperas, y, cuando llegas a leerlo, te quedas pasmado literalmente. Tal vez, la trama de la tercera entrega sea la más peliaguda, y es que se siente más cerca. Esta vez, la autora se centra en analizar algo que, desgracidamente, está a la orden del día: las violaciones. Se siente más real, algo no tan lejano ni de película como pueden llegar a ser las otras dos primeras partes.
En lo referente a la estructura de las novelas, son bastante amenas. Cada una de ellas está dividida en una serie de partes, aunque el índice solo podemos encontrarlo en «La novia gitana». Los capítulos son bastante cortos, no se extienden por más de cuatro carillas, por lo que se hace bastante ameno y la lectura se hace muy ágil. En línea general, la historia no va demasiado rápida, ni tampoco se hace pesada. Como ya es costumbre, en los thrillers se deja todo para el final, o al menos es lo que se suele hacer, pero Carmen no sigue la línea de lo común. Hay determinados datos importantes para la trama que los conoceremos al principio y que ayuda a que quieras saber cómo se ha llegado a ese punto.
'Elena, desolada, se queda mirando el cadáver. No necesita hacer la menor comprobación, sabe que esta muerto'.
En conclusión, esta trilogía ha marcado un antes y un después en toda la novela policial que he leído hasta el momento. Unos libros que tienes que leer, sin lugar a dudas, si quieres disfrutar en pocos días, porque no te va a durar más, de una trama intensa, llena de misterio, acción y sangre. La Elena Ferrante española viene pisando fuerte, muy fuerte, y yo estoy dispuesta a seguir todos sus pasos.