¿Cuántas veces está permitido equivocarse? Cristian ha cometido un gran error. Se marchó buscando respuestas, desesperado por encontrarse y por descubrir quién es realmente el amor de su vida, arriesgándose a perderlo. Catalina no está dispuesta a sufrir más, prefiere alejarse de todo y volver a recuperar esa coraza que la aleja del dolor. Dos personas que se encuentran en un determinado momento, que se despiertan el alma y que de repente se pierden. Él intentará recuperarla a toda costa, pero ella no se dejará convencer tan fácilmente. Un amor reñido y peleado, un amor dispuesto a todo, un amor incapaz de atender a razones. Y es que, cuando el destino juega sus propias cartas ¿qué pueden hacer? Únicamente… Dejarse llevar.
Hacía tiempo que no leía a Raquel Díaz, sin embargo, el otro día, entre exámenes, decidí volver a probar su pluma. Últimamente estoy leyendo mucho más que antes, no sé si será porque tengo más tiempo o porque encuentro libros que me enganchen más, pero este último ha durado un día en mis manos. Cierto es que hice un parón bastante grande, pero lo retomé durante mi viaje a Oporto y me duró el momento del vuelo y unos minutos más de hotel. Sin más dilación, comienzo a hablarte de esta historia.
'Se acerca a mí, nuestros labios casi se rozan y cuando llega el momento de que se toquen creo morir en ese mismo instante. Su calor, su contacto, por fin su boca está en el sitio que le corresponde, por fin parece que podemos volver a intentarlo de nuevo, por fin vuelvo a tenerla en mis brazos, por fin otra vez nosotros'.
Voy a empezar comentando la trama de la novela. Debemos decir que estamos ante la segunda parte la bilogía Destino. Si quieres conocer qué me pareció la primera entrega, puedes clickear aquí. De nuevo, he de confesar que la pluma de Raquel Díaz me recuerda a la de Elísabet Benavent. Evidentemente y como dije en la otra reseña, Raquel tiene una esencia propia que la hace, para mi gusto, más divertida y amena. La historia se encuentra narrada en primera persona y, a pesar de que no estoy acostumbrada a ello, nos encontramos ante un narrador masculino, Cristian, aunque también podemos ver el punto de vista de los demás personajes puesto que así Raquel nos lo permite en algunas escenas de la trama. En esta segunda parte, no nos encontramos grandes giros argumentales como en la primera, pero engancha igual que su predecesor. Estamos ante una trama simple, sencilla, pero llena de sentimiento que hace que mueras de amor desde la primera página.
Continuo la reseña hablando de los personajes ya que he conectado con todos por segunda vez. En esta segunda parte, he encontrado más personajes que me han caído peor que otros, pero están muy bien construidos, completamente redondos. Es por eso por lo que puedes llegar a conocer a todos y cada uno de ellos, sabiendo cómo van a reaccionar o cómo le van a sentar algunas cosas. Tenemos además personajes nuevos a los ya conocidos, intromisiones que me han parecido más que correctas y muy adecuadas. Creo que hay un gran trabajo en la creación de todos ellos, pero sobre todo Cristian y Catalina son, a mi parecer, los mejores. No solo porque sean los protagonistas, sino porque los sientes como si de verdad pertenecieran a tu círculo de amigos.
En lo referente a la estructura de la novela, es algo que me ha gustado mucho, pero lo sabía ya, puesto que conocía la manera de estructurar de la autora. Tenemos de nuevo cuarenta y dos capítulos a lo largo de sus 264 páginas, por lo que, aproximadamente cuenta con unas seis páginas por división, justo igual que la primera parte. Siempre lo digo, pero nunca está de más, me gustan los capítulos cortos, prefiero que sean así, que la lectura se haga rápida, ágil, que no se haga monótona en ningún momento. He tardado mucho en leer la segunda parte y he de confesar que tengo un poco memoria de Dori, pero ha sido leer la primera página y estar dentro de la historia en cuestión de segundos. El segundo libro comienza donde terminó el primero, no hay ninguna introducción del predecesor, pero, como digo, no hace falta ya que, realmente, la va haciendo de manera pausada durante los primeros capítulos.
'La besa, logra calmar todos sus miedos e inseguridades, calma su angustia y aplaca sus dudas'.
En conclusión, ha sido un cierre de una bilogía tremendo, como un sello que ha puesto un punto y final a la historia de Cristian y Catalina. El mejor final, el que se merecían y el que esperaba. Ha sido una historia llena de sentimientos y emoción que, sin duda, no te puedes perder si quieres pasar un buen rato: reírte, enfadarte, emocionarte y ver la evolución de todos y cada uno de los personajes.
¡Hola!
ResponderEliminarNo conocía a esta autora y buscaré el primer libro.
Me alegro que lo hayas disfrutado.
Besitos :)