El día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes? Por más que llegue a escondidas, la presencia de Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo, sobre todo de su vecina Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori. ¿Qué pasó entre esas dos mujeres? ¿Qué ha envenenado la vida de sus hijos y sus maridos tan unidos en el pasado? Con sus desgarros disimulados y sus convicciones inquebrantables, con sus heridas y sus valentías, la historia incandescente de sus vidas antes y después del cráter que fue la muerte del Txato, nos habla de la imposibilidad de olvidar y de la necesidad de perdón en una comunidad rota por el fanatismo político.
No conocí a Fernando Aramburu hasta que no vi esta novela en el mercado. Después de haber ganado el Premio Nacional de Narrativa en 2017 y haber visto que se había popularizado hasta llegar a la vigésima edición, no dudé en darle una oportunidad a pesar de mi gran número de libros pendientes.
'No tardó en pasar por el punto exacto donde una tarde lluviosa, cada vez más cercana, un militante de ETA le quitará la vida'.
Prosigo la reseña hablando de los personajes, ya que he logrado empatizar con todos y cada uno de ellos. El autor ha conseguido que el personaje rompa con la línea de la ficción para entrar en tu cabeza y llegar a conocerlos tanto física como psicológicamente. Podríamos decir que son personajes completamente redondos, llegando incluso a añadir el paso del tiempo en estas características físicas que nombro. Hay bastantes personajes secundarios con gran peso en la trama, sabemos sus historias, aunque, como es lógico, no tiene la misma profundidad que los que podemos denominar protagonistas.
En lo referente a la estructura de la novela, contaremos con 125 capítulos a lo largo de sus 642 páginas. Cada división cuenta con, aproximadamente, cinco páginas, aunque hay algunos capítulos más cortos que otros. La facilidad de esta estructura es que se lee demasiado rápido, algo que menciono en todas mis novelas y que ya sabéis que me gusta bastante. El inicio del libro se hace ameno, Fernando no se ha extendido en muchas páginas para llegar a lo realmente importante, al igual que el final, llegando en su justa medida.
'Y si quieres que te diga la verdad, después de aquello perdí un poco la ilusión por la lucha'.
Al ser lo primero que leía de este autor, era evidente que desconocía su pluma. Hace uso de unas expresiones directas y sentenciadoras y un vocabulario formal, pero no culto, haciendo gala de esto último cuando es necesario. Haciendo un análisis entre narración y diálogo, encontraremos mucha más presencia de lo primero. Esto se debe, entre otras cosas, a la gran utilización que hace el autor del diálogo indirecto llegando a incluir los mismos errores propios de personas con pocos estudios y que le son aplicables a cada personaje. Hay más de una escena sensible y un tanto peliaguda que sabe abordar con una maestría sorprendente. Para finalizar, aunque es algo que puede llegar a deducirse al leer la reseña, el autor hace gala de una pluma descriptiva con mucho detalle.
En conclusión, «Patria», es una novela que debe leer todo el mundo, sobre todo en España, ya que ilustra de una manera muy clara y directa el sufrimiento de las víctimas de ETA con sus atentados. Una primera toma de contacto con Fernando Aramburu muy buena, con una alta dosis de historia y drama a partes iguales; muy recomendado.