Lo que el tiempo olvidó.

Lorena Franco | Autopublicado | 232 págs | 9.99€ |
Autoconclusivo | Español | Comprar aquí

1930: Paul Lee es solo un niño de diez años cuando su mejor amiga, Emily Stuart, desaparece misteriosamente sin dejar rastro. Años más tarde, Paul consigue rehacer su vida pese al dolor de la ausencia, aunque, en realidad, jamás perdió la esperanza de volverla a ver. Casado y a punto de ser padre, es capaz de traspasar los límites del tiempo y del espacio a través de un fortuito encuentro en la buhardilla que trastoca por completo sus planes de futuro.

En la actualidad: Amy Thompson apareció de la nada a principios de los años 90 y fue acogida por el matrimonio que la encontró en la buhardilla de su casa. Un día, de camino a la escuela, cuando un coche está a punto de embestirla, aparece un hombre con medio rostro desfigurado que le salva la vida.

«Una mágica e inolvidable historia de amor, fantasía, intriga, acción y venganza, en la que se entrelazan vidas especiales y misteriosos sucesos en un escenario común: Clinton Hill (Brooklyn, Nueva York). Historias paralelas en las que nada ni nadie son lo que parecen. Saltos temporales con una recurrente pregunta que se ha formulado el ser humano desde el principio de los tiempos: ¿Es posible viajar en el tiempo?»

Hacer una introducción de Lorena Franco en mi blog ya se ha convertido en algo inútil. Cualquier seguidor sabe que la descubrí durante la cuarentena y, desde ahí, no he podido dejar de leer sus libros. Siempre acudo a ella cuando no sé qué leer, las cosas van mal, las lecturas que tengo no me terminan de convencer… Porque es una apuesta segura

'¿Lo ves? Están ahí, observándonos. Especialmente a los que, por amor, son fieles a ellos mismos y a lo que desean. No temen, arriesgan. Y siempre se dejan llevar por los sueños'.

Voy a empezar comentando la trama de la novela. Esta vez salimos del escenario característico barcelonés de Lorena para entrar en una época antigua en pleno Estados Unidos. Esta vez no tenemos muchos datos de ambientación, pero sí que es cierto que menciona determinados momentos históricos que son claves en la historia y que, indudablemente, tienen relevancia en la vida de los personajes. Nos encontraremos con una narración en tercera persona, por lo cual llegamos a conocer desde un narrador omnisciente todo lo que ocurre con los personajes y no solo con los protagonistas. Ha sido bastante acertado puesto que es una novela en la que no solamente es es importante todo aquello relacionado con Amy y Paul. Hay bastantes giros literarios teniendo en cuenta la extensión de la novela y el género en el que se encuentra etiquetada. No me los esperaba en absoluto y me han sorprendido para bien puesto que a pesar de estar ante un libro donde los viajes en el tiempo son lo principal, la autora ha sabido ir hazlo todo a la perfección para que cuadre y así el lector no se confuda.

Prosigo la reseña hablando de los personajes puesto que todos ellos están relatados y definidos muy bien. Como ya he dicho, los viajes en el tiempo son primordiales en esta novela por lo que hay que tener muy claro en qué momento nos encontramos para saber si los personajes son más o menos viejos o si tienen las mismas o diferentes inquietudes o prioridades. Lorena ha sabido hacerlo a la perfección y a pesar de que conocemos el mismo personaje en diferentes etapas de su vida serán completamente diferentes entre ellas llegando a diferenciarlas claramente. No solamente hace ese trabajo con los protagonistas, sino que también lo hace con los secundarios que en este caso son pocos, pero los necesarios para que la trama tenga un correcto desarrollo. Ni que decir tiene que todos ellos son muy redondos y se nota el trabajo y la profundización que han hecho en ellos.

En lo referente a la estructura de la novela, no os puedo decir como siempre hago la extensión de cada capítulo porque en este caso no los tenemos numerados. Serán de una extensión bastante corta, como ya es característico es la autora, y es por eso por lo que el ritmo de lectura es muy ágil. El inicio no se hace nada aburrido y al final tampoco es apresurado teniendo en cuenta, como ya he indicado, que tiene una extensión breve y la historia por consiguiente también lo es. 

'A veces pensaba que lo había soñado, pero era una mujer realista y sabía perfectamente que lo que había visto era real. Sorprendente, pero real'.

Conozco de sobra la pluma de la autora. Nada de lo que diga sobre ella puede resultar novedoso. Utiliza un lenguaje muy coloquial y familiar a la par que adecuado para la etapa y época histórica en la que nos encontramos. No hace uso de muchas descripciones, pero sí las justas para que podamos ubicarnos bien cada etapa temporal y sepamos qué es lo que cada personaje tiene que hacer en ella. En este libro no nos encontramos esos encuentros románticos y sensuales que tanto adoro de Lorena,  pero os puedo asegurar que he vuelto a probar ese estilo más intimista que ya descubrí en «Palabras». Algo más cercano, más emotivo, más lleno de sentimiento que es una novela que se caracteriza por una trama principal policial o de novela negra. Si tuviera que hacer un balance entre diálogo y narración, creo que esta vez el segundo tendría mucho más protagonismo. No significa entonces que el ritmo de lectura sea lento, porque yo lo he devorado en un par de horas.

En conclusión, «Lo que el tiempo olvidó», ha sido una novela perfecta, como todo lo que escribe la autora. Es ideal para momentos en los que no sabes qué leer porque estás completamente saturado, no solamente otras lecturas sino de la vida cotidiana. Mezcla la intriga, el misterio, el amor, y un toque de realismo mágico que hace que este libro sea muy especial. Sin duda alguna, esta novela —que fue la que inspiró la «Trilogía del Tiempo» siendo bestseller  en Amazon— me da aún más ganas de conocer a los protagonistas de estas novelas.