PALABRAS no es una historia de amor. Es una historia de desamor en la que no solo conocemos el inicio, sino también y, sobre todo, el final. Lo que los personajes de una película o un libro no te cuentan cuando en la pantalla aparece la palabra FIN. Cuando Emma cree tener la vida perfecta que desde siempre soñó, Diego, el amor de su vida con el que está a punto de casarse, la deja por otra. Hace las maletas y se va, como si los sentimientos de Emma no valieran nada. Meses más tarde, aún destrozada sin poder ver una salida a su profunda tristeza, Emma decide acudir a la consulta de Silvia, una psicóloga con muy buena fama en Barcelona y con unos métodos muy distintos a los habituales. Nuestra protagonista necesita volver a vivir y, sobre todo, volver a confiar en sí misma. Silvia le propone un juego de nueve palabras. Cada palabra formará parte de la historia entre Emma y Diego. Cada palabra hará que Emma abra los ojos y entienda que su relación no era el cuento de hadas que creía, ni Diego el hombre perfecto que veía. Cada una de esas nueve palabras serán clave para que nuestra protagonista vea que hay vida más allá de una ruptura y que el destino nos puede llegar a sorprender.
Siento que cada vez que hablo de Lorena Franco os digo lo mismo, pero me gusta recalcar siempre todo lo positivo que tiene esta autora. Como ya mencionado en varias ocasiones, me gusta mucho leerla cuando no me encuentro bien o cuando hay algo en mi alrededor que no funciona como me gustaría. Me meto en los libros de Lorena y comienzo a soñar con todos los mundos que ella imagina y me hacen desconectar del exterior.
'Fuimos un cuento breve que leeré mil veces '.
Prosigo la reseña hablando de los personajes puesto que esta vez he conocido un poco menos de ellos. Estoy segura de que tengo esta percepción porque anteriormente me he centrado en novelas mucho más largas de la autora donde ha profundizado con más detalle en todos los personajes y ha hecho un trabajo realmente perfecto en la descripción de cada uno de ellos. Al encontrarnos ante una novela corta, de poca extensión, sin mucho mucha profundización, es bastante difícil tanto llegar al lector como hacer una descripción exacta y exhaustiva de todos los personajes. Sin embargo, podemos identificar a la protagonista y a los secundarios y las inquietudes que tienen cada uno de ellos en función de todos los actos que hacen.
En lo referente a la estructura de la novela, contamos con once partes diferenciadas. Nueve de ellas serán palabras, esa misma frase que conforma el título. Serán estas las que les de la terapeuta para que nuestra protagonista, Emma, realice un diario donde desarrolle todo lo que esa palabra le hace sentir. Al no estar enumerado, no os puedo decir que extensión tiene cada una, pero os puedo asegurar que no es muy larga teniendo en cuenta leo número de páginas de la novela. Esta vez sí se me ha hecho al final un poco precipitado porque no he llegado a conocer muy bien a la protagonista, pero creo que también ha sido fallo mío el querer encontrar una novela en una especie de diario innovador que ha querido hacer Lorena.
'Ojalá nunca me faltes. Pero si me faltas, espero no extrañarte, y si te extraño espero no buscarte. Y si te busco, espero no encontrarte... Y si te encuentro, nunca vuelvas a faltarme'.
Conozco de sobra la pluma de la autora. Ya he dicho en varias ocasiones que se mueve con suma maestría tanto en la romántica como en la novela negra y estoy completamente segura de que en cualquier género en el que ella se sienta cómoda y lo desarrolle lo hará de la misma manera: perfecto. En esta ocasión Lorena tiene un reto por delante y es hacernos sentir en muy pocas páginas tal y como lo hizo con su novela «Quédate conmigo». Sin embargo, como ya he dicho más arriba, en esta ocasión no tendremos una historia progresiva con una evolución de los personajes ni tampoco una serie de acontecimientos con una interrelación entre ellos, sino una especie de diario personal en el que la protagonista se desahoga y refleja todos los sentimientos que serán con los que Lorena juegue para hacernos engancharnos a la novela. Como siempre, utiliza un lenguaje descriptivo, directo, y sin grandes pretensiones pero también muy formal y adecuado y lleno de frases preciosas como las que he dejado en esta reseña.
En conclusión, «Palabras», ha sido un libro bastante emotivo sin muchos altibajos emocionales pero sí con una serie de frases, enseñanzas y moralejas que dan lugar, sin lugar a dudas, a una bonita reflexión sobre qué es la vida y la superación personal de las personas en determinadas etapas de nuestra vida.
no conozco a la autora pero me ha parecido interesante la novela :) me la apunto y buscaré más libros suyos~
ResponderEliminarbye~~
¡Hola! He oído hablar en varias ocasiones de las novelas de la autora y por lo general sí que me suelen llamar la atención, pero tengo comprobado que las novelettes no son para mí, así que con esta no creo que me anime.
ResponderEliminar¡Nos leemos!